Siento
nostalgia, nieblas de ti que me alcanzan. Recuerdo nuestra caminata por la
rambla, las ráfagas de sal y yodo y el color violeta del cielo y nuestros
abrigos de solapas subidas y sobre todo nuestro beso. El mar rugiendo en la
distancia y las olas revolcándose en el frío y nuestro regreso a la cálida
habitación del hotel y después de la deliciosa ternura, el sexo y la languidez
y el perfume de nuestros cuerpos desnudos sobre las sábanas negras, un capricho
pequeño, juguetón, de tu alma de niña, la cena íntima y las botellas de
champagne.- Aquella escena de lejana intimidad bailotea como una fiera de fuego
frente adentro, es una fiebre incesante, un torrente de viento que cierra mi
mirada. Observo una postal llegada desde Acapulco, tu hermano me la enseña y me
sonríe.
- Es de Laura en
su luna de miel ¿Alguna vez pensaste que se casaría con otro?
Intento sonreír
también pero me queda una mueca a medio gesto.-
- Ella lo quiso –
respondo
Pero mi voz ha
sido inaudible y su hermano, mi amigo, se ha alejado hacia la ventana y mira a
través de ella
Nostalgia de los amores que pasan y se van de nuestro lado. Precioso cuento, Amílcar. Has hecho bien añadiéndolo al post que ya habías puesto con el bonito vídeo de Buika.
ResponderEliminarBesos, Maestro!!!