domingo, 18 de noviembre de 2012

SEGUNDAS PERSONAS (Cortísima historia de un amor furtivo y adúltero)




      
Santiago y Alicia os mandaron a bailar tangos y milongas juntos y solos al living  ¿Os acordais? Santiago quedó escuchando  y viendo por televisión el partido de Boca con no os recordaré qué otro equipo. Alicia,con el delantal puesto, estaba tan concentrada en preparar las peras al borgoña que le molestaba todo. ¡Fanático, eh! -  dijisteis, señalándole a Santiago a su esposa Selva con quien os dirigisteis al living.- "Un boludo hecho y derecho" - te dijo ella. "Hacen lo que les gusta" - le dijisteis tú, tratando de equilibrar, después agregasteis, pero ya con un poquitito de intención animado  por el calificativo de boludo que  su cónyuge había aplicado a tu amigo: "Como nosotros, no?".- Ahí os matasteis, ahí empezasteis, el living se os oscureció un poco más. Selva, tu dijisteis: "A nosotros nos falta algo". ¿Qué? - preguntasteis,  Aurelio, con una inocencia  que te suspendió el aliento esperando que no te hubieseis equivocado al intuir que actuabas ya con cierta displicencia e intrepidez, con picardía. No te equivocasteis, tu aliento creció y se aflojó en un suspiro montañoso cuando apretasteis ambos senos contra  pechos y tú, Selva,  contestasteis: "Nos falta intimidad".-


Después de eso huisteis, os fuisteis, no todavía y literalmente del living sobre cuyas cerámicas seguisteis bailando y apretándoos y hasta llegasteis a besaros dando rienda suelta a ese sentimiento magnético, de atracción, que os habíais profesado desde que os conocisteis.- Pero sí, a partir de aquel baile y cena juntos, comenzasteis vuestro encendido idilio erótico sentimental que hasta hoy os dura y os ha convertido en las segundas personas que sois y que os proyectáis en forma solapada y constante plegadas a esos seres aburridos y previsibles que somos las primeras personas.-

Amílcar Luis Blanco (Joseph de Togores Llach "Amantes en la playa")

4 comentarios:

  1. Amigo Amílcar, me resultaría muy penosa la marcha del ser que tanto amo, porque le quiero desde que le conocí, y creo que antes, pero sabes… podría perdonarle si él quisiera tener una aventura, pero mi corazón estaría enfermo de por vida.
    Por eso en esto de los amores furtivos… no sé ni lo que pensar, mi padre se marcho al nacer yo que fui la cuarta de sus hijos, y mi madre aun perdonándoselo todo, y dejando la puerta abierta por si quería volver el solo lo hacia alguna vez a comer, después volvía a marcharse, y la soledad de mi madre lo invadía todo, de ahí mis miedos a quedarme sola. Para mi, mejor el perdón, el dolor, y el volver a lo que fue.
    Un abrazo amigo.

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  2. Bailar con las letras
    dejarlas salir sin pensar tocandolas como solo vos podés tocarlas

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